lunes, 7 de mayo de 2018

Los Palos del Cante,


La ferreña de Fosforito.

En la clausura del Festival Internacional de Cante Flamenco de Lo Ferro del año 2003 se presentó un nuevo cante, nacido de la musa del conocido cantaor Antonio Díaz Fernández “Fosforito”, al que se ha dado en llamar “Ferreña”. Los promotores del festival debieron pensar tal vez que sería bueno que el certamen tuviese un palo de referencia. Dicho palo, convertido en piedra de toque para los aspirantes a uno de los trofeos, el “Molino de Lo Ferro”, habría de ser el firme cimiento que consolidara de forma definitiva el evento y asegurara su proyección en el tiempo. Probablemente actuaron así, siguiendo el modelo del Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión en el que, según se afirma, otro tanto sucedió hace años con la “minera”. Desde tiempo atrás el flamenco se debate entre la tradición y la innovación, entre el respeto férreo a los palos clásicos o la creación de nuevas formas. Y mientras que sesudos flamencólogos se posicionan firmes en uno u otro bando, los artistas hacen de su capa un sayo y van a lo suyo, que no es sino dejar salir su arte en viejos o nuevos formatos.

Como se ha dicho más arriba, el autor del cante denominado “ferreña”, 
es Antonio Díaz Fernández  “Fosforito” es un cantaor de larga fama, ganador de numerosos premios, entre ellos el I Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba en todas las modalidades, cuando tenía tan sólo 24 años. A instancias de los responsables del Festival, este cantaor ha propuesto un cante con la intención de convertirlo en el patrón de lo que ha de ser la “ferreña” (aunque también se hablan de otros modelos, como el de Juanito Valderrama). Cualquier interesado puede escucharlo en la página web del Festival en versión de Bonela hijo acompañado al toque por Antonio Soto.

Al igual que la taranta o la granaína, la malagueña es una derivación del fandango andaluz, en este caso, del fandango de Málaga. Todos los palos derivados del fandango responden a un mismo patrón estructural: basados como están en coplas de cuatro o cinco versos octosilábicos, el cante se desarrolla en seis tercios o frases melódicas de forma que hay que repetir uno o dos de los versos.

El fandango, en sus diferentes variantes locales, era en origen un cante ligado al baile. Con el tiempo el cante fue tomando mayor relevancia, independizándose finalmente, lo que permitió que el cantaor pudiera liberarse del rigor del compás (de tres tiempos), y elaborar los tercios según su gusto, sin someterse a metro alguno. La malagueña, la granaína o la taranta y sus derivados son cantes de “ritmo libre”, aunque no “sin ritmo” como en ocasiones, equivocadamente, puede leerse. En el caso particular de la malagueña, los tercios, de una gran musicalidad, se alargan a la vez que reposan la cadencia de su ritmo.

Otra característica del fandango, presente en sus múltiples derivaciones, es la pertinaz presencia de la llamada “cadencia andaluza”, una particular secuencia de acordes a cargo de la guitarra que se escucha en los cierres de cada una de sus intervenciones. Por lo demás, la malagueña se acompaña con un toque distintivo en la guitarra, el “toque por malagueñas”, en el que, además de ciertas técnicas como el abundante uso del trémolo o la persistencia de ciertos giros melódicos, destaca el carácter elegíaco e intimista de sus melodías.

 No obstante, cuando hablamos de malagueña no debemos pensar en una melodía tipo que se repite siempre y en la que lo único que varía es la letra. La malagueña conoce múltiples variantes o tipos melódicos. Hubo un tiempo incluso en el que no había cantaor que se preciara que no tuviera su propia malagueña. Son conocidísimas las malagueñas de Chacón, de El Mellizo, de La Trini,  El Canario, de  Álora, El Pena, de La Peñaranda y otros más. Pero, a pesar de sus particularidades, todas ellas tienen elementos en común y, además, el inconfundible “toque por malagueñas” ayuda a distinguirlas de otros palos.

Pues bien, la “ferreña” de Fosforito, como el propio autor reconoce, es pura y llanamente una malagueña (o, llevando las cosas a un extremo de simpleza, un fandango liberado del compás). Eso sí, una malagueña con visos de novedad pues, aunque comparte con otros modelos ciertos giros, podríamos decir, idiomáticos, su melodía nace con ansias de constituirse en un nuevo patrón,

Ahora bien, lo que si puede resultar caprichoso es denominar “ferreña” a un cante que no deja de ser una malagueña, o sim plificando más las cosas, un fandango libre. Que incluso, si se le diera el nombre de “malagueña de Lo Ferro” o “malagueña ferreña” sería un poco forzar las cosas pues ¿qué razón hay que lo justifique? ¿Acaso Fosforito es natural de Lo Ferro? ¿Acaso se ha inspirado en alguna melodía autóctona? Lo único hasta ahora que justifica el nombre de “ferreña” son la dos coplas con las que se hace el cante que aluden a Lo Ferro y a la comarca en la que se asienta. Habrá quien sostenga que es una malagueña atarantada y que eso la vincula a nuestra tierra. Pero de eso nada de nada. Sí que es verdad que en la guitarra se escucha el llamado toque por tarantas, pero a diferencia de otras malagueñas que sí dan cabida en su melodía a giros típicos del mundo de la taranta, con esa ambivalencia típica del V grado, unas veces natural y otras bemolizado, éste no es el caso. Por tanto, a mi juicio, el nombre de “ferreña” aplicado a este cante no deja de ser un capricho. Sin embargo, no es el único caso dentro del flamenco, porque qué decir de la “totanera”, de la “murciana” y de tantos otros palos.

En definitiva, que cada cual está en su derecho de llamar las cosas como le plazca, aunque en este caso, puestos a ser coherentes, el nombre que debiera llevar el cante sería el de “malagueña de Fosforito, denominada ferreña”. Para ser más exactos.

REFERENCIA.

http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,419,m,1794&r=ReP-5920-DETALLE_REPORTAJES



      José Fco. Ortega Castejón
    Universidad de Murcia



Ferreña:"CON EL BRILLO DE UN DIAMANTE" Presentada por su creador Antonio Fernández "Fosforito" en 2003 en Lo Ferro. La canta "Bonela, hijo" con la guitarra de Antonio Soto.
    


                                                                                
                                                 Ferreña:"EN LO FERRO"
 presentada por su creador Juanito Valderrama en Lo Ferro en 1989, cantada por él, acompañado de la guitarra de Antonio Piñana, hijo.

                                                                                   

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